lunes, 10 de diciembre de 2018



¿TRAUMA OCULAR?


Las lesiones oculares pueden variar desde caídas de agentes externos al ojoa alguna más grave que puede resultar en la pérdida permanente de la visión o del ojo. Este tipo de lesiones suelen ocurrir en el lugar de trabajo, en casa, en otros accidentes y hasta en la participación de deportes o juegos.
Algunas lesiones oculares, como heridas punzantes profundas, pueden requerir tratamiento inmediato o cirugía para prevenir un daño permanente al ojo y así evitar la pérdida de la visión. Por otra parte, rasguños superficiales de menor importancia puede que sólo necesiten monitoreo después de una primera visita al oculista, para asegurarse que complicaciones tales como infecciones en los ojos no se produzcan después del accidente.

¿Qué puede provocar?

  • Roturas del esfínter del iris, que es el músculo encargado de contraer la pupila. A los pacientes que sufren este tipo de rotura, la pupila les puede quedar dilatada o deformada de por vida, lo que puede provocar una molestia permanente a la luz, conocida como fotofobia.
  • Inflamaciones o uveítis.
  • Picos de tensión ocular muy elevada que puede llegar a dañar el nervio óptico y producir glaucoma.
  • Algunos pacientes pueden sufrir una catarata secundaria a este tipo de traumatismo, que puede caerse a la cavidad de la retina. Este fenómeno se conoce como luxación de la catarata.
  • Hemorragias o derrames dentro del ojo.
  • Roturas de la coroides, que es la capa que se encuentra detrás de la retina.
  • Desgarros o roturas en la zona más periférica de la retina o agujeros en su zona central, conocida como mácula, que es el área de máxima visión.
  • Desprendimiento de la retina, en hasta un 5% de los pacientes con contusiones oculares.





Para tratar un traumatismo ocular, depende mucho del tipo de traumatismo:

  • Para pacientes con erosiones corneales, que son pequeñas heridas en la córnea, en la parte anterior del ojo. Este tipo de herida suele responder muy bien a colirios o gotas antibióticas.
  • Cuando hay una inflamación, se deben administrar tratamientos antiinflamatorios tópicos o incluso con cortisona oral.
  • Para traumatismos químicos oculares (como por ejemplo por lejía). En dichos casos, en casa se debe instilar agua rápidamente dentro del ojo y en la consulta se debe realizar un buen lavado con suero fisiológico durante unos minutos para intentar eliminar el agente químico.
  • Las hemorragias que no se resuelven o con desprendimientos de retina, el tratamiento ya será quirúrgico.
  • Los traumatismos también pueden provocar, como hemos mencionado, picos altos de tensión ocular. En ese caso, habrá que administrar un tratamiento específico para bajar la tensión ocular y evitar daños en el nervio óptico.
  • En casos más graves, se deben intervenirse de urgencias por el elevado riesgo de infección y de pérdida del ojo, además del mal pronóstico visual.
Realizarse una revisión oftalmológica al menos una vez al año.